¿Por qué nos relacionamos?
Una de las tendencias naturales del ser humano es la de relacionarse con otras personas. Pero esto no es exclusivo del ser humano, ya que muchas otras especies se agrupan con sus iguales para sobrevivir.
Las interacciones con otros a veces pueden generar conflictos, puesto que cada persona tenemos nuestras propias ideas sobre como funciona o debería funcionar el mundo. Posiblemente nos sintamos incómodos ante otros puntos de vista, pero esto también enriquece las nuestras y es entonces donde se producen los avances.
Hoy vamos a centrarnos en las relaciones que establecemos con nuestro círculo más cercano. Estas relaciones tienen como objetivo cubrir varias necesidades (afectivas, de estabilidad, seguridad…), son aquellas que tenemos con familiares, amigos o pareja.
Establecer este tipo de vínculos nos hace sentir bien, recibimos apoyo, compartimos experiencias y el vínculo se estrecha, va ganando peso en nuestra vida. Parece lógico sentir que cuanto más damos más recibiremos, por lo tanto si decidimos darlo todo, la otra persona esta en la obligación de hacer lo mismo… ¿o no es así? Es decir, si esa persona nos quiere y aprecia, ¿por qué cuando las relaciones alcanzan estos términos, suelen generar malestar en una o ambas partes?
Aparece la Dependencia
En principio, puede dar la sensación de que el problema viene de la falta de implicación total por alguna de las partes. Sin embargo, ¿es realmente así? Pongamos un ejemplo: imaginemos que cada persona tiene “X” nivel de energía (compuesta por el tiempo y esfuerzo del que dispone) si una persona da el 100% en una relación (ya sea de amistad, familiar, etc) ¿qué porcentaje queda para el resto de relaciones?¿y para ella misma, cuánto le queda?. Según la “lógica” planteada en el párrafo anterior, la energía que nos falta debería cubrirse con lo aportado por la otra persona. Pero como seres individuales, por mucho que lo deseemos, no podemos dividirnos en cantidades de energía utilizables por otros como si fuesen suyas.
Lo que enriquece una relación, no es intercambiar el tiempo/esfuerzo de uno por el del otro, lo que enriquece es compartirlo.
Facilitar otro tipo de relaciones
Algunas personas tienden a establecer sus relaciones con la idea de dar el 100% como objetivo, lo que puede llevar a la frustración por su parte y al desgaste por parte de la otra persona debido a las exigencias. Para que esto no nos ocurra ayudará que nos centremos en desarrollar nuestros propios gustos y aficiones, para que nuestro tiempo libre y ocio no dependa exclusivamente de la relación con la otra persona. Otro punto importante es conocer bien nuestras fortalezas y debilidades, aprendiendo así a valorarnos por nosotros mismos. Así es más probable que nuestra autoestima no dependa del otro.
De esta manera la relación, ya no es tanto una necesidad absoluta si no más bien una elección, por lo que la razón de establecer y mantener lazos con alguien sera porque queramos y no porque dependamos de ella. De igual forma a la otra persona ya no se le exigirá, si no que se le expresarán preferencias, disminuyendo las presiones y facilitando que se relacione con nosotros por que quiere y no por ningún tipo de obligación.
Es comprensible que cuando pensemos en una relación “perfecta” el darlo todo nos suene bastante común. A esto se le une que gran parte del contenido audiovisual y escrito que consumimos tiende a mostrar la parte más extrema de la interacción ya que es la forma que utilizan para aportar intensidad, como su intención es trasmitir ideas y emociones, es lógico que utilicen el camino más directo y rápido. Pero si pretendemos trasladar eso a nuestro día a día solo conseguiremos agotarnos a nosotros mismos y a los demás.
¿Qué tipo de relaciones soléis establecer? Nos gustaría saber vuestra opinión. ¡Esperamos vuestros comentarios!